Noche de Placeres
La noche era cálida y estrellada, y la chica había preparado cuidadosamente una cena romántica para su novio. Después de la cena, se sentaron en el sofá, acurrucados y besándose tiernamente. La chica comenzó a acariciar suavemente el pecho de su novio, sintiendo su respiración acelerarse.
—¿Quieres ir a la habitación?—preguntó la chica, susurrando al oído de su novio.
Él ascendió, y juntos se dirigieron a la habitación. La chica subió algunas velas y puso música suave, creando un ambiente íntimo y romántico. Se acercó a su novio y comenzó a desvestirlo lentamente, besándolo en cada centímetro de piel que revelaba.
Una vez que ambos estaban desnudos, la chica tomó un enchufe de su mesita de noche. Era pequeño y delgado, perfecto para comenzar. Lo untó con lubricante y lo colocado en la entrada del año de su novio, empujándolo lentamente.
—¡Aah!—gimió él, sintiendo como el plug entraba en su cuerpo.
La chica comenzó a mover el enchufe suavemente, acariciando el interior de su novio. Él gimió de placer, arqueando la espalda y empujando contra el enchufe. La chica sonreía, disfrutando de la reacción de su novio.
Después de un rato, la chica retiró el enchufe y tomó uno más grande. Lo untó con lubricante y lo introdujo en el cuerpo de su novio, quien gimió de placer al sentirlo. La chica comenzó a mover el enchufe de manera más rápida y profunda, haciendo que su novio gritara de placer. Finalmente, la chica retiró el plug y tomó su propio cuerpo, empujando suavemente contra el año de su novio. Él gimió de placer, abrazando a la chica y jalándola hacia él. Ella comenzó a moverse suavemente, acariciando el interior de su novio. La habitación estaba llena de gemidos y susurros de placer, y el cuerpo de la chica se estremeció cuando su novio llegó al clímax, gritando su nombre. La chica se dejó caer sobre su cuerpo, jadeando y cubierta de sudor. Habían pasado horas en el acto, pero ninguno de los dos se cansaba. La noche estaba llena de placer y pasión, y la chica sabía que sería una noche que nunca olvidarían. —Te amo—susurró ella al oído de su novio, acariciando su cabello. —Yo también te amo—respondió él, abrazándola con fuerza. La chica alarmantemente y cerró los ojos, disfrutando del calor y la seguridad de los brazos de su novio. Sabía que habían encontrado algo especial, y que nunca lo dejarían ir.
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