El sol se ponía en el horizonte mientras ella miraba por la ventana. Ella estaba sola en la habitación y no podía esperar más. Su novio estaba fuera de viajes, pero había dejado un paquete envuelto en papel de regalo en su cama. Estaba ansiosa por saber qué contenía este misterioso regalo.
Cuando abrió el paquete, ella encontró una carta. La carta decía: «Mi querida, aquí hay algo especial para tus deseos. Utiliza este juguete sexual junto con mis pautas y te llevaré a un mundo de placeres que nunca has experimentado antes. Te amo». Ella leía la carta de nuevo y sonrió.
En el paquete había una bola vibratoria en forma de huevo y una guía detallada para su uso. Ella sintió una excitación creciente en su vientre mientras seguía las instrucciones. La guía decía que ella debería empezar colocando el huevo en su cuerpo y programarlo a su propio gusto. Ella lo hizo, ajustando la intensidad hasta que encontró una vibración justo adecuada para ella.
La bola vibratoria la hizo sentir una sensación desconocida de placer mientras giraba en su vientre. Luego, según las instrucciones, era hora de probarlo en otros lugares de su cuerpo. Primero, lo colocó en sus pechos y se fue a buscar el siguiente paso.
En la guía, leyó que había que explorar su clítoris con su mano mientras experimentaba nuevos placeres. La bola vibratoria la llevara a un estado de ánimo alta y sus órganos se volverían más sensibles. Ella obedeció las instrucciones y, pronto, comenzó a experimentar nuevos niveles de placer que nunca había tenido antes.
La bola vibratoria giraba en su vientre con intensidad creciente mientras ella se masturbaba. Le caían lágrimas por los ojos mientras experimentaba una sensación de orgasmo. Algunos momentos después, el huevo se detuvo y comenzó a girar en dirección opuesta, lo que le provocó otro órgano.
Después de pasar horas experimentando diferentes niveles de placer con la bola vibratoria, ella estaba completamente satisfecha. Pero el regalo no terminaba ahí. Según las instrucciones en la guía, había que utilizar una segunda pieza: un dildo vibratorio.
Ella lo colocó dentro de sí y sintió una sensación adicional de placer mientras experimentaba los movimientos del dildo vibratorio. La bola vibratoria seguía girando en su vientre, llevándola a un mundo de orgasmos inolvidables.
Al final de la noche, ella estaba agotada pero satisfecha. Había experimentado placeres y órganos que nunca había imaginado. Su novio era un verdadero genio en el ámbito de los juguetes sexuales. Ella se puso a dormir, cansada, con una sonrisa en su rostro mientras pensaba en cómo habría sido delicioso si su novio estuviera aquí con ella para compartir la experiencia.
Pero antes de desmayarse, ella escribió en la guía: «Gracias mi amor por este maravilloso regalo. Cada noche será una fiesta sexual». Y así cerró el libro y se fue a dormir, con la esperanza de que la próxima vez que su novio estuviera de viaje, tuvieran tiempo para experimentar juntos esta pasión inolvidable.