La anterior frase fue dicha por Alda Merina, nos da paso a explorar un nuevo mundo alejado de la frustración y con el acercamiento al placer real. En un mundo en donde nos desenvolvemos en base a fantasías e ideales, hemos crecido y desarrollado ideas que nos han alejado del placer; la seguridad y el placer no son palabras que formen parte de nuestro día a día.
Hemos escuchado frases que para que el sexo sea «bueno» o placentero sea “que te den como cajón mal cerrado”, “entre más grande mejor” o “si grita mucho esta fingiendo”, mas frases como las anteriores se suman a una larga lista innumerable que solo fomenta nuestras inseguridades, frente a nuestra sexualidad e inclusive deformando lo que sentimos.
Hemos crecido en base a la pornografía clásica, que nos ha enseñado varias cosas ficticias, y las escuelas que en temas de la educación sexual se han quedado atrasadas repitiendo una y otra vez la anatomía y la reproducción humana. Entonces queda la pregunta, ¿aprender de donde?.
La preocupación del tema sexual, entre diferenciar el placer del sexo, es que este comportamiento de inseguridad ha alcanzado todas las esferas de nuestra vida, la esfera que presentamos en diversas interacciones sexuales, con nuestra pareja o con la petición de un servicio sexual o con la experimentación intima de algo casual. Resulta que el sexo se volvió, solo en el acto de penetración e inclusive este acto solo resulta ser solo un desahogo a los instintos naturales, uno acto que nos salva de sentirnos ahogados, pero que tampoco nos vuelve a hacer sentir, ya que, en canciones llega a ser de lo más doloroso, para ambas partes; o peor aún resultan ser interacciones insípidas y sosas.
La sensibilidad no es femenina, la sensibilidad es humana. Diferencia entre Sexo y Placer. Porque el acto coital debe ser un arte con el cual se puede sentir placer. No solo de un mete y saca y tampoco de un estado de inercia.