Al salir del bar, sugirió continuar la conversación en su casa. Ella asintió, sintiendo un escalofrío de excitación y un atisbo de nerviosismo. Cuando llegaron, la llevó a su habitación, donde sacó el Kit Bondage.
«¿Alguna vez has probado esto antes?» preguntó, su voz baja y seductora.
Ella sacudió la cabeza, sintiendo que su corazón se aceleraba. «¿Le gustaría?» Ella asintió, incapaz de hablar. Colocó con cuidado el kit alrededor de su cuello y manos, asegurándolo firmemente pero no demasiado. Sintió un escalofrío recorrerla al darse cuenta de que ahora estaba completamente a su merced. Comenzó besando su cuello, sus labios suaves y cálidos contra su piel. Ella gimió mientras él pasaba la lengua por su clavícula y sus manos recorrían su cuerpo. Luego se dirigió a sus pechos, tomando un pezón en su boca y provocándolo con su lengua. Ella arqueó la espalda, presionándose contra él, sintiendo el calor crecer entre ellos. Continuó explorando su cuerpo, sus manos y su boca volviéndola loca de deseo. Podía sentir que se mojaba más y más, sus gemidos se hacían cada vez más fuertes. Finalmente, él entró en ella, su polla gruesa y dura. Ella jadeó cuando él la llenó, su cuerpo temblando de placer. Empezó a moverse, lentamente al principio, luego más rápido y con más fuerza. Podía sentir que se acercaba al límite y que sus gemidos se convertían en gritos de placer. Luego se agachó y comenzó a jugar con su clítoris, sus dedos rápidos y hábiles. Ella gritó mientras se corría, su orgasmo se estrelló contra ella como una ola. Continuó empujando, prolongando su placer, hasta que él también se corrió, llenándola con su calidez. Se quedaron allí, agotados y satisfechos, durante varios minutos, antes de que él retirara suavemente el kit. Ella lo miró con los ojos llenos de gratitud y deseo. «¿De nuevo?» preguntó, su voz apenas era más que un susurro. Él sonrió y ella supo la respuesta. Pasaron el resto de la noche explorando los cuerpos del otro, su pasión y deseo nunca disminuyeron. Y cuando el sol empezó a salir, se durmieron uno en brazos del otro, con sus cuerpos entrelazados y sus corazones latiendo como uno solo. Y así comenzó una apasionada e intensa historia de amor, que estaría llena de placer, deseo y el más dulce de los vínculos.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.