Juegos Prohibidos en la Oficina
Era una tarde calurosa en la oficina. La pequeña morena de cabello azul, a quien llamábamos Carmina, estaba sentada en su silla, trabajando en sus tareas rutinarias. Su traje de secretaria azul marino le quedaba como un guante, y su falda corta dejaba entrever sus hermosas piernas. Lo único que la distinción de las demás secretarias era el plug de cola de zorro que asomaba discretamente por debajo de su falda y las orejas de zorro que lucía con orgullo.
Carmina era una amante de los juegos de rol y hoy había decidido darle un toque picante a su rutina laboral. Su pareja, un hombre alto y musculoso llamado , trabajaba en la misma oficina como director de ventas. Ella había planeado seducirlo y conducirlo a un mundo de placer y lujuria en medio de sus responsabilidades laborales. estaba concentrado en su trabajo cuando de repente sintió un suave toque en su hombro. Se giró y quedó impactado al ver a Carmina con su atuendo de zorra. Ella le sonorizó coquetamente y le entregó un sobre, murmurando: -Tengo algo que debe ver urgentemente, jefe- abrió el sobre y encontró una nota escrita a mano: «Estoy aburrida en mi oficina. ¿Podrías venir y darme un poco de atención? Estoy en mi escritorio, con las piernas abiertas y el enchufe de colita de zorro bien acomodado. Te estoy esperando…» sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Sabía que no podía resistirse a la tentación. Se levantó de su silla y se dirigió hacia la oficina de Carmina, cerrando la puerta tras de sí. -Buenos días, jefe- dijo Carmina con una voz seductora, mirándolo con ojos llenos de lujuria. -Hola, Carmina- respondió , tratando de mantener la compostura. Carmina se levantó de su silla y se acercó a , abrazándolo y besándolo apasionadamente en los labios. Luego, comenzó a desabrochar su camisa y acariciar su pecho desnudo. respondió a su beso y comenzó a acariciar su cintura y su cola de zorro. -Te he echado de menos, jefe- susurró Carmina en su oído. -Y yo a ti, Carmina- respondió , sintiendo cómo su erección crecía dentro de su pantalón. Carmina se arrodilló frente a y comenzó a desabrochar su pantalón. Sacó su miembro erecto y comenzó a lamerlo ya besarlo suavemente. gemía de placer y agarraba su cabeza mientras ella lo chupaba y lo masturbaba con su mano. -Te quiero dentro de mí, jefe- dijo Carmina, parando de chuparlo y mirándolo con ojos llenos de lujuria. -Estás loca, Carmina- respondió , tratando de resistirse a la tentación. -Por favor, jefe- insistió Carmina, acariciando su miembro erecto. no pudo resistirse más y empujó a Carmina contra su escritorio. Ella levantó su falda y mostró su sexo mojado y preparado para recibirlo. metió su miembro dentro de ella y comenzó a bombearle con fuerza, mientras ella gritaba de placer. -Sí, jefe, así, sí- gritaba Carmina, agarrándose a su espalda. -Te encanta, verdad, zorra- respondió , besándola apasionadamente. continuó penetrándola con fuerza, mientras ella gemía y gritaba de placer. De repente, sacó su miembro de su interior y lo puso en su entrada de ano. -No, jefe, no- gritó Carmina, intentando resistirse.-Sí, zorra, así- respondió , empujando su miembro dentro de su ano. Carmina gritó de dolor y placer al sentir cómo su miembro llenaba su interior. comenzó a bombearle con fuerza, mientras ella gritaba y gemía de placer. -Sí, jefe, así, así- gritaba Carmina, sintiendo cómo su orgasmo se acercaba.-Te voy a llenar de leche, zorra- respondió , sintiendo cómo su orgasmo también se acercaba. Finalmente, sintió cómo su miembro se contraía y expulsaba su semen dentro de su interior. Carmina gritó de placer al sentir cómo su semen llenaba su interior. se apartó de ella y se acostó en el suelo, exhausto. -Gracias, jefe- dijo Carmina, acariciándole el pelo.-De nada, zorra- respondió , sonriendo. Carmina se vistió y volvió a su trabajo, con una sonrisa en los labios
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